Las inmovilizaciones no son nuevas. De hecho, han sido utilizadas desde hace miles de años. Tienen muchos usos. Se utilizan para mantener los huesos fracturados estabilizados o inmovilizados hasta su curación o consolidación.

También se emplean en otros tipos de lesiones como los esguinces, que son lesiones de los ligamentos, proporcionando estabilidad a una articulación. En ocasiones, también se utilizan después de ciertas cirugías.

¿DE QUÉ ESTÁN HECHAS LAS INMOVILIZACIONES?

La mayoría de las inmovilizaciones se siguen haciendo de un material similar al de los primeros yesos, que consistía en un yeso encontrado cerca de París (Francia), generalizando el nombre de «yeso de París». Es un material que recubre unas vendas que vienen en rollos o tiras. Este vendaje se sumerge en agua y se aplica en la parte lesionada; se moldea en la forma debida y endurece al secar.

También se emplea material sintético para las inmovilizaciones. Es común la utilización de la fibra de vidrio por los ortopedas en el tratamiento de ciertos tipos de fracturas. Este material presenta ciertas ventajas sobre el yeso. Se puede humedecer sin estropearse. Es más ligero en peso y duradero. Permite la realización de radiografías de la zona lesionada para controlar el proceso de curación, ya que los Rayos X atraviesan este material sintético mejor que el yeso convencional.

MO SE APLICAN LAS INMOVILIZACIONES

 Antes de la colocación de un yeso o de una fibra sintética, se almohadilla la piel con un vendaje de algodón para protegerla del contacto directo con la inmovilización. La cantidad de almohadillado depende de la forma de la inmovilización, el fin de la misma y el tipo de lesión. Ha de intentarse que la inmovilización sea lo más cómoda posible hasta que la zona lesionada tratada de esta forma cure o los huesos consoliden en su alineación correcta. Debido al proceso inflamatorio que acompaña a las lesiones, y al deterioro de la inmovilización, a veces es necesario cambiar la misma, siempre con la precaución de que el hueso roto que se está tratando no se descoloque.

Tipos de Inmovilización.

Las inmovilizaciones se aplican en diferentes formas y tamaños dependiendo de su fin. Para fracturas de antebrazos, la inmovilización puede extenderse por encima del codo o acabar en este. Igualmente, las inmovilizaciones para el tratamiento de fracturas de la pierna puede extenderse por encima de la rodilla o terminar debajo de la misma. En algunas inmovilizaciones de pie y pierna se coloca un dispositivo en el talón para permitir andar sobre el mismo, con o sin bastones, aunque su doctor le recomendará que emplee un bastón o muletas para ayudarle a andar con una pierna inmovilizada, también le explicará cuánto puede «usar» el hueso roto mientras está en el proceso de curación.

Cuidado que se ha de tener con las Inmovilizaciones.

Para que el tratamiento realizado mediante inmovilizaciones sea satisfactorio, usted debe seguir las instrucciones de su traumatólogo. La información siguiente se ha de interpretar solamente como una guía encaminada a proporcionar unas normas generales y no sustituye los consejos dados por su doctor o traumatólogo.

La inflamación en la zona lesionada es común al principio, y puede producir presión en el interior del yeso, por lo que en las primeras 48 horas de la colocación del mismo probablemente se note la sensación de estar muy apretado. Para reducir la inflamación:

Eleve la parte lesionada por encima del corazón, colocando la misma sobre la almohada o sobre otro soporte (puede hacerlo levantando la pierna cuando esté tumbado o elevando el brazo, si estas son las zonas afectas).

Aplique frío sobre la inmovilización. Este se ha de colocar sobre una bolsa de plástico. También se pueden usar los paquetes comerciales de hielo, y mantenerlos sobre el mismo. En este caso hay que procurar que tenga la forma de la inmovilización, pues el paquete es un contenedor rígido que sólo contacta con la inmovilización en una área estrecha y puede ser poco efectivo.

Para proteger la inmovilización hasta que seque —dos o tres días para el yeso, y generalmente menos para los materiales sintéticos:

  • Manéjelo con cuidado.
  • Manténgalo descubierto y seco. Puede emplearse una toalla delgada —si es necesario— para evitar que el paquete de hielo lo humedezca.
  • No ande sobre la inmovilización —si se trata de una pierna— hasta que esté completamente seca.
  • Tenga cuidado de apoyarlo en zonas duras o en aristas que puedan marcarlo o “abollarlo».

Señales de Precaución tras la Aplicación de una Inmovilización.

En la mayoría de los casos puede esperar tener únicamente problemas menores relacionados con la acomodación al yeso.

Algunas veces pueden aparecer problemas más importantes que aconsejan acudir a su médico.

Si experimenta alguno de los signos siguientes, contacte con su traumatólogo lo antes posible:

  • Aumento del dolor, que puede ser causado por la hinchazón o debido a una presión excesiva de la inmovilización.
  • Entumecimiento y molestias en la mano o pie, que pueden ser originados por una presión excesiva sobre los tejidos nerviosos.
  • Inflamación y sensación de punzadas, pudiendo ser causadas por una presión indebida sobre la piel.
  • Hinchazón y edema exagerados debajo de la inmovilización, pudiendo significar que el yeso está dificultando la circulación sanguínea.
  • Cambios de coloración en la inmovilización, que puede indicar un sangrado o supuración dentro del yeso.
  • Fiebre no asociada con otra enfermedad.

Si su inmovilización presenta zonas blandas o roturas, o si la encuentra demasiado floja o muy apretada, se recomienda su revisión por su Traumatólogo.

Cuidados de su Inmovilización.

Tras los primeros días, en los que se acomoda o ajusta a su inmovilización, el cuidado de la misma en las mejores condiciones le ayuda a conseguir la recuperación de la zona lesionada.

  • Manténgalo siempre seco. La humedad y la suciedad pueden ablandarlos y hacer que sea un soporte ineficaz para tratar su lesión.
  • Puede utilizar una bolsa de plástico o bien bolsas especiales resistentes al agua para mantenerlo seco mientras se ducha o baña.
  • Mantenga el interior de la misma seca. Mientras que una inmovilización de fibra de vidrio o plástico es más resistente al agua que al yeso clásico, el algodón utilizado en su interior no lo es, pudiendo causar (la humedad del mismo) irritación de la piel.
  • Evite la suciedad en el interior del mismo.
  • No retire el almohadillado de algodón de su interior.
  • No emplee objetos punzantes para rascarse.
  • No corte ni recorte los extremos del mismo.
  • Inspeccione la piel alrededor de la inmovilización. Si ésta se torna roja o nota un mal olor, contacte con su Doctor.
  • Inspeccione el yeso regularmente. Si se rompe o aparecen áreas blandas, contacte con su Doctor.

Finalmente, use el sentido común; proteja su inmovilización, pues esta le está protegiendo la zona lesionada mientras cura.

Aunque el yeso es un invento antiguo, las inmovilizaciones son hoy en día la forma principal de tratar las fracturas y otras lesiones del sistema músculo-esquelético. Aunque puede parecer desagradable al principio, le puede permitir realizar las actividades de su vida diaria sin demasiadas molestias. La clave para su eficacia es su correcto cuidado, sin él, el yeso no puede cuidar de usted.

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