La osteoporosis en la enfermedad metabólica ósea más prevalente en la población general y el segundo problema en importancia dentro del campo de la salud, solo por detrás de las enfermedades cardiovasculares.

Se trata de un proceso caracterizado por la disminución de la densidad mineral ósea y la  alteración de la arquitectura interna del tejido óseo, trastorno que debilita los huesos haciéndolos más frágiles y porosos, aumentando con ello el riesgo de sufrir fracturas con traumatismos de menor energía de lo habitual e incluso de forma espontánea. Las fracturas que con mayor frecuencia se asocian a la osteoporosis son las fracturas vertebrales, las fracturas de cadera, de muñeca y de extremo proximal de húmero.

La osteoporosis puede surgir a cualquier edad, pero es más común entre las mujeres postmenopáusicas y, como hemos dicho, tiene un gran impacto socioeconómico, ya que causa que una de cada dos mujeres y uno de cada cuatro hombres mayores de 50 años se rompa un hueso en algún momento de su vida.

Son bien conocidos diferentes factores que aumentan el riesgo de sufrir osteoporosis, algunos de ellos modificables y otros no:

  • La edad: el riesgo aumenta con la edad
  • El sexo: las mujeres sufren osteoporosis con mayor frecuencia que los hombres.
  • La raza: las mujeres blancas y de origen asiático tiene un riesgo mayor que las de raza negra y las de origen hispanolatino.
  • El índice de masa corporal (IMC): a menor IMC mayor riesgo de sufrir osteoporosis.
  • Los antecedentes familiares: la osteoporosis ocurre con frecuencia entre miembros de la misma familia.
  • Las hormonas sexuales: en las mujeres los niveles bajos de estrógenos debidos a la falta de menstruación o a la menopausia, y en los hombres los niveles bajos de testosterona se asocian a un mayor riesgo de osteoporosis.
  • La anorexia nerviosa: este trastorno de la alimentación puede hacer que la persona desarrolle osteoporosis.
  • La dieta: una alimentación baja en calcio y vitamina D hace que se tenga una mayor propensión a la osteoporosis.
  • Fármacos: algunos medicamentos, como por ejemplo los corticoides tomados a dosis altas o durante largos periodos de tiempo, se asocian con osteoporosis secundaria.
  • La actividad física: la falta de ejercicio físico así como las inmovilizaciones o periodos de encaramiento prolongados hacen que se debiliten los huesos.
  • El tabaco y el excesivo consumo de bebidas alcohólicas.

En cuanto a los síntomas, la osteoporosis es conocida como la “enfermedad silenciosa”, ya que generalmente se va desarrollando sin dar señal alguna. Puede que usted no sepa que tiene osteoporosis hasta que no sufra una fractura debido a un tirón, un tropiezo o una caída. En otros casos el síntoma fundamental es el dolor óseo más o menos generalizado.

La prueba diagnóstica más útil para la detección de la osteoporosis es la Densitometría ósea.

El tratamiento para la osteoporosis busca controlar el dolor, retrasar el proceso de pérdida ósea y prevenir las fracturas. Dicho tratamiento debe incluir:

  • Una alimentación equilibrada rica en calcio y vitamina D
  • Un estilo de vida saludable
  • Un programa de ejercicio físico adaptado a las capacidades de cada persona.
  • Fármacos específicos que su médico de cabecera, su traumatólogo o su reumatólogo le prescribirán en caso necesario: suplementos de calcio y vitamina D, fármacos antirresortivos y fármacos osteoformadores.

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